¿Por qué comprar una almohada cervical?

¿Te levantas con dolor de espada, hombros o cervicales? Es posible que tu almohada haya perdido firmeza, tenga hundimientos o simplemente no sea la que mejor se adecua a ti o a tu forma de dormir.

La función de una almohada es que el cuerpo descanse de una forma alineada para prevenir malas posturas y posibles dolores musculares en la zona de cabeza, cuello y espalda. Si ves que tu almohada no cumple con su función, es hora de renovarla.

¿Qué tipo de almohada es la que mejor se adapta a mí?

Elegir la almohada correcta puede ser complicado ante tanta oferta de productos. Si clasificamos a las almohadas según su altura: bajas, medias o altas, diremos que las almohadas bajas son para las personas que duermen boca abajo, para las personas de complexión pequeña que tienen los hombros estrechos y también son ideales para los niños. Las almohadas altas serían para las personas robustas y para los que duermen de lado. Y las almohadas medianas, serían para los que duermen de lado o boca arriba y para las personas que se mueven mucho mientras duermen.

Las almohadas de fibra y de plumas tienen una firmeza baja, mientras que las almohadas viscoelásticas y de látex suelen tener una firmeza media o alta.

Beneficios de las almohadas cervicales

Las almohadas cervicales disponen de una curvatura ergonómica para una mejor colocación del cuello y cabeza. Suelen tener dos alturas diferenciadas; una zona alta y otra zona más baja para elegir la que mejor se adapte a nuestra fisionomía o forma de dormir.

Las almohadas cervicales están indicadas para las personas que roncan o tienen problemas de apnea, al facilitar la respiración mientras se duerme, o cuando se tiene dolor de cuello o rigidez en esta zona.

La mejor forma de dormir con una almohada cervical es de lado o boca arriba. Hay que tener en cuenta que la zona de la cabeza y el cuello tienen que estar alineados con el cuerpo de la misma forma que si estuviéramos de pie. De esta forma, noche tras noche, la almohada irá corrigiendo nuestra postura al dormir, a la vez que libera la tensión acumulada en la zona cervical.

En definitiva, una almohada cervical nos va a aliviar del estrés acumulado durante el día, para que nuestro sueño sea reparador, a la vez que corrige nuestra posición mientras dormimos, aliviando y previniendo dolores y tensiones en la zona cervical. Y aunque al principio nos puede resultar una almohada incómoda por sus curvaturas y firmeza, cuando nos acostumbramos a ella es una inversión indiscutible en salud y bienestar.

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