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¿Cuántas horas deberías dormir según tu edad?

Dormir bien no es un lujo: es salud. La cantidad de sueño que necesitas cambia a lo largo de la vida y también hay diferencias personales. Aquí tienes una guía completa para entender cuántas horas te convienen y cómo conseguirlas sin volver tu rutina del revés.

Horas de sueño recomendadas según la edad

Grupo de edadHoras recomendadas
Recién nacidos (0–3 meses) 14–17 h
Lactantes (4–12 meses) 12–16 h (con siestas)
1–2 años 11–14 h (con siestas)
3–5 años 10–13 h (con siestas)
6–12 años 9–12 h
13–17 años 8–10 h
18–25 años 7–9 h
26–64 años 7–9 h
65+ años 7–8 h

Idea clave: si eres adulto, apunta a 7–9 horas y, sobre todo, a la regularidad (acostarte y levantarte a horas similares).

Por qué cambian las necesidades de sueño

  • Ritmos internos (reloj biológico): tu cuerpo funciona en ciclos de 24 h que regulan somnolencia y alerta. En la adolescencia, ese reloj se “atrasa” de forma natural (apetece dormir y levantarse más tarde).
  • Presión de sueño: cuantas más horas llevas despierto, más ganas de dormir acumulas. Los niños acumulan esa “presión” más rápido; de ahí las siestas.
  • Etapas del sueño: con la edad cambia el equilibrio entre sueño profundo (reparador físico) y sueño REM (memoria y creatividad). En mayores, el sueño puede ser más ligero y fragmentado; por eso la calidad importa tanto como la cantidad.

No es solo la cantidad: regularidad y calidad

Dormir 7–9 h “a trompicones” no vale lo mismo que dormirlas a horas similares. Cuando cambias mucho tu horario entre semana y finde (jet lag social), tu cuerpo lo nota: cuesta conciliar, te despiertas antes de tiempo o te levantas “pesado”.

Cómo se ve un sueño de calidad (referencias orientativas)

  • Latencia (lo que tardas en dormirte): ideal entre 10 y 20 min.
  • Despertares: alguno breve es normal; si son largos o frecuentes, algo falla.
  • Eficiencia (minutos dormido/minutos en cama): ≥ 85 % es buena señal.
  • Sensación al despertar: te levantas funcional y tu energía aguanta el día.

Si cumples horas pero te sientes mal, ajusta horarios, luz, cafeína, pantallas y entorno antes de pensar que “necesitas más horas”.

Consejos prácticos (concretos y accionables)

  1. Horario estable (regla ±1 h)

    Elige una hora fija de levantarte y muévete como mucho 60 min el resto de días.

  2. Luz para domar tu reloj

    • Mañana: exposición a luz natural en la primera hora (ventana/balcón/paseo).
    • Noche: atenúa luces 1–2 h antes; lámparas cálidas y casa “en modo avión”.
  3. Pantallas: baja marchas, no solo brillo

    Última hora: evita contenidos estimulantes (series trepidantes, debates, gaming). Prueba lectura en papel, música suave o estiramientos.

  4. Cafeína con horario

    Marca tu “hora tope” (por ejemplo, 6–8 h antes de acostarte). Ojo con cafés “dobles”, refrescos con cafeína y algunos tés/energéticas.

  5. Comidas y alcohol

    Cenas ligeras 2–3 h antes de dormir. El alcohol puede “noquearte”, pero empeora la calidad del sueño y favorece despertares.

  6. Temperatura y ruido

    Dormitorio fresco (≈ 16–19 °C), silencioso y oscuro. Si hay ruido, tapones o ruido blanco.

  7. Desconexión mental (10–15 min)

    Diario breve (lista de pendientes para mañana), respiración 4-7-8, relajación muscular progresiva o meditación guiada.

  8. Siesta bien usada

    10–20 min y nunca tarde: refresca sin “robar” a la noche.

Guía por etapas

Bebés y primera infancia

  • Rituales sencillos y repetibles: baño templado → pijama → luz baja → cuento/canción.
  • Siestas: ajusta por señales de sueño (frotarse los ojos, bostezos, irritabilidad). No fuerces noches larguísimas a costa de quitarlas.
  • Ambiente: habitación más bien oscura para la noche; algo más de luz para siestas.

Niños (6–12)

  • Objetivo: 9–12 h.
  • Higiene digital: sin pantallas 60 min antes y ninguna dentro de la habitación.
  • Movimiento diario y tiempo al aire libre (luz natural, clave para su reloj).

Adolescentes (13–17)

  • Necesitan 8–10 h.
  • Su reloj va más tarde: evita sermones; negocia horarios realistas.
  • Luz natural por la mañana y rutina de “bajada” por la noche ayudan muchísimo.

Adultos (18–64)

  • 7–9 h, con horario “ancla”.
  • Si entrenas fuerte o tienes picos de trabajo mental, apunta al límite alto (8–9 h) durante esas semanas.

Mayores (65+)

  • 7–8 h de calidad.
  • Si te despiertas muy temprano, una siesta corta a media mañana o después de comer puede cuadrar el total.

Preguntas frecuentes

¿Puedo “recuperar” el sueño el fin de semana? Algo recuperas, pero no compensa déficits crónicos. Mucho mejor no generarlos y mantener horarios parecidos.

Me despierto a mitad de la noche, ¿es normal? Un despertar breve lo es. Si tardas en dormirte de nuevo, vuelve a la respiración/relajación y evita mirar la hora (refuerza la ansiedad).

¿Y si duermo en dos bloques (siesta + noche)? Puede funcionar si el total está en rango y te sientes bien. Prioriza un bloque principal continuo.

Las apps y relojes me dicen que duermo “mal”. Úsalos como tendencia, no como diagnóstico. Si te sientes descansado/a y funcional, eso pesa más.

¿Las gafas de filtro azul sirven? La evidencia es mixta. Lo que sí ayuda a casi todo el mundo: menos contenido estimulante por la noche y horario consistente.

Dormir las horas… y dormir bien: el papel del equipo de descanso

Tu colchón, base y almohada no “crean” horas, pero mejoran la calidad de cada una.

Colchón: guía express

  • De lado: alivia hombro y cadera; busca adaptabilidad media-alta y zonas de confort.
  • Boca arriba: firmeza media con soporte lumbar.
  • Boca abajo: superficie más firme y perfil estable para no forzar cervicales.
  • Calor nocturno: prioriza materiales transpirables y estructuras con ventilación.
  • Altura útil: más capas ≠ siempre mejor; fíjate en el grosor útil y la transpirabilidad.
  • Mantenimiento: rota/voltea según fabricante; protege con cubrecolchón transpirable.

Almohada

  • De lado: alta (cubre el hueco hombro-cuello).
  • Boca arriba: media.
  • Boca abajo: baja o sin almohada.

Base

  • Somier de láminas: muy ventilado, sensación algo más firme.
  • Canapé: almacenamiento (ojo a la ventilación; combina con colchones transpirables).
  • Articuladas: útiles en reflujo, ronquido y movilidad (colchones compatibles).

Dormir bien es una suma de cantidad, regularidad y calidad. Conoce tu rango de horas según la edad, mantén horarios estables (variación ≤ 1 h) y cuida los básicos: luz por la mañana, menos pantallas y cafeína por la noche, cenas ligeras y un dormitorio fresco y silencioso. Observa tus señales (tardar ~ 10–20 min en dormirte, pocos despertares, levantarte funcional) y ajusta hábitos antes de pensar que “necesitas más horas”. Si aparecen señales de alarma —ronquidos con pausas, somnolencia diurna intensa o insomnio persistente—, consulta con un profesional. Y recuerda: tu colchón, base y almohada no crean horas, pero sí pueden convertir cada una en descanso de verdad.

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